Os dejo en este enlace el método Pikas

EL MALTRATO ENTRE COMPAÑEROS

(BULLING)

MÉTODO PIKAS.

MÉTODO DE PREOCUPACIÓN COMPARTIDA

(Extraído de las obras: Bullying. Intimidación y maltrato entre el alumnado, de José Mª Avilés. Ed. Stee.Eilas y La Convivencia Escolar: qué es y cómo abordarla, de Rosario Ortega y colaboradores. Consejería de Educación y Ciencia. Junta de Andalucía).

 El método Pikas, desarrollado por el profesor Anatol Pikas, de Suecia (Pikas, 1989), es ampliamente utilizado para estos casos. Se trata de una serie de entrevistas con los agresores, la víctima y los espectadores, de forma individual, en las que se intenta crear un campo de preocupación mutua o compartida y donde se acuerdan estrategias individuales de ayuda a la víctima.

El método de “preocupación compartida” o de “repartir responsabilidades”, va dirigido a desorganizar la estructura social de dominio-sumisión que se establece entre víctimas y agresores que se alimenta pasivamente por la presencia de espectadores activos. Parte de que el fenómeno violento afecta a los protagonistas (agresores y víctima) y a los espectadores. La edad adecuada para su aplicación va de los nueve a los dieciséis años.

El método Pikas se propone que los miembros del grupo, de forma individual, tomen conciencia de la situación en que participan, a través de charlas individuales por separado donde afloran sus miedos y reservas sobre el comportamiento intimidatorio en el que están participando.

CONDICIONES PREVIAS

... sobre la información:

-          Antes de empezar las entrevistas conviene recabar toda la información disponible sobre el caso y sobre los agresores, el grupo que los apoya y sobre la víctima.

... sobre el local:

-          Las entrevistas se realizarán en una habitación tranquila, sin interrupciones.

-          Hay que evitar situaciones que puedan distraer.

... sobre el profesorado que lo aplica:

-          Ha de atenerse al guión, sosteniendo silencios sin empezar a preguntar.

-          El entrevistador debe cuidar actitudes y expresiones de enjuiciamiento; ha de mantener una postura neutral.

-          La persona que se implique en las entrevistas ha de ser siempre la misma en las tres etapas.

... sobre la coordinación:

-          Se entrevista primero a los agresores-as uno a uno, luego a los espectadores y en último lugar a la víctima.

-          A la hora de la entrevista cada agresor-a es llamado de su aula sin previo aviso. Hay que evitar que los miembros del grupo agresor puedan hablar entre sí antes de finalizar esta primera etapa.

Las primeras entrevistas deben hacerse consecutivamente y, si es posible, en un solo período lectivo.

ETAPAS

Una vez detectado el grupo en el que se da el fenómeno de maltrato entre iguales y se conoce a los protagonistas –agresores, víctima y espectadores- se desarrollarán tres etapas diferenciadas. El tiempo de duración entre cada etapa es de una semana. En la práctica, el empleo de tiempo depende de nosotros, aunque estos intervalos deben ser siempre menores a dos semanas.

ETAPA 1ª: Entrevistas individuales con cada elemento del grupo implicado (en torno a 7 o 10 minutos por persona). Se comienza con el líder del grupo y se continúa con el resto de los agresores-as. A continuación a los espectadores y se finaliza con la víctima. Serán entrevistas estructuradas de forma clara y cerrada. Es muy importante la planificación de las entrevistas. Los chicos irán acompañados a la entrevista. Se trata de evitar que en ese intervalo en que son entrevistados se comuniquen entre ellos.

Guión para la entrevista con el/los alumno/s agresor/es:

1. “Me gustaría hablar contigo porque he oído que... (víctima) está teniendo problemas”. O: “Me gustaría hablar contigo porque he oído que te has estado metiendo con ... (nombre de la víctima).
2. “¿Qué sabes sobre esto que te he mencionado?”.
3. “De acuerdo, ya hemos hablado suficientemente de todo ello”.
4. “¿Qué podemos hacer, qué sugieres, qué podrías pensar para ayudar a...?”.
5. “Eso está bien. Nos volvemos a ver dentro de una semana; entonces me puedes contar cómo te ha ido”.

Este diálogo ha de llevar a posibles soluciones para mejorar la situación, a compromisos concretos muy pequeños pero que hayan quedado muy claros para el entrevistado y para el entrevistador. Los posibles agresores aportarán sus propias soluciones sugiriendo cómo pueden cambiar su conducta. Estas sugerencias se revisan en las siguientes entrevistas. Pueden necesitar que el entrevistador les brinde posibles formas de mejorar su conducta.

Dificultades

A veces los chicos-as no colaboran, no están dispuestos a responder a las preguntas del entrevistador o quiere sacar algún tipo de ventaja. No pasar a un segundo momento  si no están claros los resultados. En ese caso hay que interrumpirla y quedar para otro momento. Sin embargo, lo más frecuente es que el alumno coopere.

Variaciones

• El chico no coopera: esperar en silencio hasta que hable. Si pasan unos minutos se le dice que se deja para otro día. Entonces, a veces, comienzan a hablar
• Al chico-a no se le ocurren soluciones. Hay que dar tiempo para pensar, no tener miedo al silencio. También se les puede ofrecer alguna sugerencia, siempre con el permiso del chico-a: “Tengo una idea, ¿te gustaría oírla?”
• No rechazar ninguna sugerencia aunque parezca inadecuada o ineficaz. Se puede decir al chico-a: “Si eso sucediera, ¿pararía el acoso?
• Si propone una solución que implica a otras personas no negociar.
• Si niega su involucración, se debe echar marcha atrás y hablar de forma pausada sobre el contexto en el que se está dando la agresión y aproximarse a la situación de la víctima. Al menor signo de admitir su participación, se vuelve al guión.
• Cuando aluden a la conducta provocativa de la víctima –“él me lo hizo a mí antes”-, lo justifican como si la víctima causara el maltrato. No hay que rechazar la ira, la furia o la frustración del agresor contra la víctima pero sí hay que ayudarle a que se haga cargo del momento que está pasando la víctima.

Entrevista a los espectadores

Se sigue el mismo modelo que en las anteriores. El objetivo es que se comprometan a hacer algo concreto para ayudar a la víctima, o para no cooperar a la agresión. Muy importante también con los espectadores es que no les lleve a culpabilizarse y que la entrevista termine con un compromiso y el acuerdo de volver a verse.

Entrevista a las víctimas

Los pasos a seguir son los mismos que con el agresor. El que entrevista tendrá una actitud abiertamente positiva, empática y que inspire seguridad. Primero se intenta que el entrevistado comunique su malestar y lo que le ocurre.

El método Pikas diferencia entre una víctima pasiva y otra provocativa. En el caso  de la víctima pasiva, cuando se abre y desahoga, se le ayuda a ver que ella puede hacer mucho por mejorar su situación, evitando algunas actitudes personales que pueden colaborar en disparar su agresión. A estas entrevistas conviene añadir sesiones de entrenamiento de conductas asertivas.

En el caso de víctima provocativa, hay que ayudarla intentando que tome conciencia de que su conducta también debe cambiar. El entrevistador ha de ganarse la confianza suficiente para poder decirle que está usando un camino equivocado para ser popular y que ha de buscar otras formas más aceptables de conseguirlo. Hay que recordar que frecuentemente la víctima provocativa busca ser parte integrante del grupo agresor.

ETAPA 2ª: Entrevistas de seguimiento con cada chico-a (alrededor de 3 minutos). Los encuentros de seguimiento serán individuales y más breves que los primeros. Se establecerán cuando cada chico-a haya conseguido aceptar los acuerdos del primer encuentro. Se llevarán a cabo en el mismo orden y forma que los anteriores. Sin embargo los chicos-as no siempre hacen exactamente lo que dicen que harán. Si la situación de maltrato no ha parado, se continúa el trabajo individual hasta que acepten una solución a la situación. Si la situación ha mejorado, se puede organizar ya la reunión conjunta con todos los implicados siempre y cuando la víctima esté preparada para ello.

ETAPA 3ª: Encuentro de grupo (media hora). En la etapa final se produce una reunión conjunta en la que agresores y víctima se comprometen al cese de actitudes hostiles. Esta etapa es necesaria siempre pero especialmente cuando la víctima es de tipo provocativo. Aunque la situación haya cambiado, este encuentro debe servir para consolidar el cambio en la conducta de maltrato.

• Es necesario primero una reunión con agresores y espectadores juntos. Se les pregunta cómo ha ido en la última semana. Se escucha todo lo que tengan que decir para que puedan aparecer las dificultades. Luego se les pregunta sobre lo que pueden seguir haciendo y se concreta qué precauciones hay que tomar para mantener los logros. Hay que hacerles consciente de que cualquier solución debe ser reconocida como tal y por tanto que es necesario reunirse con la víctima para ratificarlo. En esta reunión es imprescindible que aparezcan los elementos positivos de la víctima y la voluntad de cambio del grupo agresor.

Si las conclusiones de esta reunión previa lo aconsejan, se hará la reunión final con la víctima.

• Se incorpora la víctima al grupo cuidando su posición en el lugar de encuentro. A continuación cada agresor expresa de forma sincera su opinión sobre la víctima que en principio, sólo escucha.
• El entrevistador pregunta a la víctima qué tiene que decir.
• Se da un espacio libre para que cada participante exprese sus dificultades y reproches.
• El entrevistador facilitará la comunicación en el grupo, aportando soluciones positivas y moderando los turnos de intervención. Comentará con satisfacción la mejoría y sugerirá las maneras para que este cambio se mantenga.
• Cuando las partes hayan llegado a una reconciliación final, se pregunta: “¿Qué haremos si alguien no mantiene la promesa que ha hecho?”. Acuerdan qué se hace y se les anima a que cada persona observe y controle a los demás. También hay que hacerles ver que si la situación de maltrato continuara, habría que tomar otras medidas. Se puede sugerir un plan para revisar el cumplimiento de los acuerdos y evitar las caídas.
• Es importante terminar con la idea de la tolerancia, aceptar los errores de los demás y la necesidad de vivir juntos sin la obligatoriedad de ser amigos. De esta forma, la aceptación dura más tiempo.